Hace más de 100 años, en 1915, en un pequeño pueblo de La Rioja, Gregorio tuvo la idea de crear una zapatilla, y como era todo un romántico, decidió ponerle el nombre de su primer amor, su mujer Victoria.

Unos años después nació la Inglesa, la zapatilla más famosa y natural de las que Gregorio le hizo a Victoria.

El algodón con el que se fabrica la tela de la zapatilla es 100% natural porque viene de las plantas de algodón. Que se teje y se tinta para conseguir todos los colores de la Inglesa, ¡se ha hecho en más de cien distintos desde que nació! La suela es de caucho natural, que proviene del árbol del caucho. 

Para hacer la suela súper resistente de las Victoria, el caucho se une a la tela mediante el método del vulcanizado, “cocinándolo” con calor y presión directamente sobre la tela de la zapatilla. De esta forma se unen las dos partes ¡para que no se despeguen nuuuunca!

¿Quieres saber una curiosidad más sobre las zapatillas que Gregorio le hizo a Victoria? ¡Las suelas huelen a fresa! Y eso es porque les ponemos perfume, para que siempre te recuerden al verano.

Las Inglesas de Victoria se han hecho igual igual desde que se inventaron, por eso las han llevado muchas generaciones distintas, ¡seguro que tus padres o tus abuelos también las tenían!

Y colorín colorado, este cuento no ha acabado. La inglesa ha crecido, ha estudiado idiomas y se ha ido de ruta por el mundo ¡a más de 40 países!

¿Hasta dónde llegará la zapatilla que le regalaron a Victoria?

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